Hoy mamá se sentía mal así que se fue a dormir un rato, como sé que a ella le gustan las cosas dulces le hice un brownie en taza con dulce de leche, como a ella le gusta. Quise hacer uno para mí también, así que preparé los ingredientes para dos brownies; el primero me salió mal y no era la primera vez, entonces decidí cambiar a una receta que encontré en Youtube, esta vez me salió perfecto y se lo dí a mamá para comer el feo con la abuela.
Salí un rato afuera para encontrar un poco de inspiración y dibujar lo que viera, me gusta tener un patio grande porque podés ver muchos más animales que en un edificio y podés dibujarlos. Cuando me cansé y me dispuse a irme adentro porque ya hacía frío, quise agarrar mi celular pero me di cuenta de que había una araña muy chiquita sobre este. En general, las arañas me dan miedo porque donde vivo ahora, son muy grandes en comparación de las que se ven en un departamento (para darles una idea en el edificio donde vivía, las arañas no eran más grandes que una semilla de sésamo y las que se ven en mi casa son más grandes que la semilla de una palta, y esas son las más chiquitas) pero en ciertos casos, me dan pena porque parecen ser bebés y no me dan miedo.
Por las dudas aclaro que yo no mato a las arañas, como me dan miedo las grandes le pido a mi mamá que las saque al patio con un vaso y un papel, el problema es que si mi mamá no tiene ganas y yo no me animo a sacarlas con la escoba, le tengo que pedir a la abuela y ella sí las mata por eso ahora sólo las vigilo hasta que se vayan o me aburra.
Bueno, retomando el tema de la araña sobre mi celular, paso a describirla. Era una araña más chiquita que mi dedo meñique pero hasta ahí nomás, era como las arañas lobo que tienen dos ojos grandes al frente y seis a los costados; caminaba haciendo telaraña y si la agarrabas. El primer intento fue fallido, la subí a mi mano y quise pararme de la silla pero saltó, afortunadamente quedó colgada de su propia telaraña. Cuando la agarré de nuevo, lo volví a intentar y caminé hacia la aljaba pero saltó de nuevo y la perdí en el pasto. La tercera es la vencida, encontré a la araña, la llevé hasta la aljaba, la dejé en una hoja y no la vi nunca más.
Desde ese día, cada vez que veo una araña chiquita, la llevo a la aljaba porque es grande y linda, con muchas hojas e insectos que vienen por las flores.
Iara MC
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