Ayer, día 23 de abril desperté y pensé que cada día es más sobrio, por más de que sea uno nuevo, ya se lo que sucederá. Voy a intentar transmitir de alguna manera a pesar de que sea costoso, ya que este trabajo no es individual y mis otros compañeros de trabajo lo están viendo. Además no creo que a nadie le interese leer una rutina tan poco excitante.
Por más de que mi estado de ánimo cambie hay un factor que es el que hace que nunca pueda sentirme con total libertad, creo que ni es necesario nombrarlo.
Hoy, 24 de abril un chico me dijo que cree que al estar en cuarentena, tendremos el tiempo libre y podremos realizar actividades de todo tipo. Lamentablemente no es así.
Recordé que el día veintidós del mes de abril, habían pasado muchos días que no salía de mi casa. Creí que al salir iba a sentir una gran libertad pero lastimosamente no sucedió. A pesar de que una sensación casi utópica de libertad recorrió mi cuerpo en un contexto ordinario de no se sentía así, por dentro sabía que era falso y que por más de que haya salido algunos minutos más tarde estaría sometido nuevamente en la dichosa cuarentena.
Tobías Sielicki
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